Subiendo a la colina que le da nombre, la Avinguda Tibidabo se abre paso entre las casas modernistas y conserva el espíritu de principios del siglo XX.
El sueño del Dr. Andreu
Una amplia avenida de más de un kilómetro y medio de largo, con palacios y jardines a ambos lados donde se podían instalar las familias más acomodadas de la ciudad, alejadas del Eixample red, los bloques de viviendas y las fábricas. Una avenida donde se pudiera respirar el aire fresco de la montaña y que, en parte, imitara los grandes bulevares parisinos. Este fue el sueño que realizó en 1897 el Dr. Andreu, un médico barcelonés que había hecho una fortuna con sus famosos caramelos para la tos.
La Avenida del Tibidabo no ha cambiado de aspecto en más de cien años. Todavía mantiene el diseño de ciudad-jardín ideado por el Dr. Andreu, con sus mansiones privadas a ambos lados, para las familias más poderosas. Esta elegante avenida finaliza en la Plaça del Doctor Andreu y está conectada de abajo hacia arriba por un tranvía: el Tramvia Blau del Tibidabo. Subir a bordo es como entrar en una página de la historia de Barcelona, el capítulo en el que construyeron los mejores arquitectos de la era modernista, como Josep Puig i Cadafalch, Joan Rubió i Bellvé, Enric Sagnier y Adolf Ruiz Casamitjana. residencias y casonas, cada una más espectacular que la anterior, compitiendo en estilo y en lo llamativas que eran: medievalista, neogótica, modernista, novecentista, con posibilidades ilimitadas. Un funicular va desde la Plaça del Dorctor Andreu hasta la cima del Tibidabo, donde hay un gran parque de atracciones y una iglesia, el Templo Expiatorio del Sagrat Cor.
Mansiones y jardines de cuento
Desde la Rotonda, un antiguo hotel de estilo modernista desde donde parte el Tramvia Blau, la avenida se abre ante ti. Puedes subir caminando, comenzando por los Jardines Tamarita, un romántico oasis de vida vegetal abierto al público. A medida que la avenida sigue subiendo verás Casa Coll, Xalet Ignacio Portabella, La Roviralta, Casa Fornells, Casa Muley Afid< /strong>– una mansión construida por un sultán desarraigado que acabó en Cataluña Casa Muntades, y así hasta llegar a Casa Evarist Arnús, el Pinar o pinar, un Mansión neogótica que se asemeja a un castillo de cuento de hadas que se ilumina por la noche y forma parte del paisaje del Tibidabo.
No había límites en esta avenida, que albergaba a las familias más importantes de Barcelona. El afán de demolición de las décadas de 1970 y 1980 no tocó la avenida, donde las casas ahora se han convertido en universidades, colegios, consulados, agencias de publicidad y algún que otro restaurante. Todos ellos han conservado el esplendor del sueño del Dr. Andreu.